No estar

Katherine Mansfield nació en Nueva Zelanda en 1888 y se sintió fuera de lugar en todo el mundo. Intentó ser parte de diversas patrias: la del matrimonio, la del arte, la de las mujeres, la de los hombres. Fue turista en casi todo, incluso en esta vida, de la que se fue a los 34 años apenas. Un cuento de ella es una gemita tallada a mano, en cada línea un disparador de sentidos. Por ejemplo, "La mosca". Un viejo amigo visita a otro. Uno está ido, apenas un hilo lo une con este mundo. El otro está. Es decir, vive, trabaja, dialoga, da órdenes, conserva un puesto en la lógica de su pequeña humanidad. Uno es inestable, el otro, una fortaleza. Sin embargo, un hecho pequeño, casi imperceptible, unas gotas de whisky que despiertan la verborragia en el débil, accionan el cambio, el giro, el relato, y en cuestión de dos párrafos todo cambia y el universo de las cosas cotidianas  se abre hacia un desasosiego tan pero tan grande que solo algo tan pero tan pequeño e insignificante como una mosca puede mostrarlo.
http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/ing/mansfi/mosca.htm

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