La cámara lúcida



I.
La arena es un látigo. La arena que pega en los pies, en los tobillos desnudos, en los ojos, en la fruta que comemos. La lengua se llena de esa arena y los dientes mastican rocas. Se escucha eso: el siseo de la arena en las ráfagas, en las muelas que destruyen, las rocas pulverizadas, las rocas ínfimas destruidas en el movimiento suave de la boca. Piso los caracoles, busco una forma particular. No hay formas. No hay fórmulas. Es el agua de la laguna, cerca del pueblo del faro, es el agua dulce ahí nomás. Está el puente y está el cielo, blanco y gris. Hoy va a llover.

Todo está en aquello que no se dice. Entonces, leo: “la Fotografía es el advenimiento de yo mismo como otro: una disociación”. Veo la foto. El instante que se muere. Me veo, desde cierta distancia, móvil y fosilizada.

II.
El cigarrillo hay que encenderlo adentro del auto. Afuera, las ráfagas continúan. Son bocanadas de viento puro. Ya no hay partículas de arena en el viento. Me siento en una playa. Escucho. Es imposible dejar de escuchar. El agua se acerca a la roca y rompe. Todo a un centímetro, pero tan lejos. Leo: “Yo quisiera en suma que mi imagen, móvil, sometida al traqueteo de mil fotos cambiantes a merced de situaciones, de las edades, coincida siempre con mi yo; pero es lo contrario. Es la imagen la que es pesada inmóvil, obstinada, y soy yo quien soy ligero, dividido, disperso”. Ligera, dividida, dispersa. “Si por lo menos la fotografía pudiese darme un cuerpo neutro”. Escucho la voz. Es visceral la escucha y es visceral la voz y es visceral mi oído, que parece disolver todo significado o desnudarlo, y dejar solo el sonido de esa voz que atraviesa el viento. Y es una convicción la que atraviesa el viento.

III.
Leo: “Yo quisiera una historia de las miradas”. Otra vez, cese del lenguaje. Para esto necesito un nuevo lenguaje. Es el cese propio de la repetición. Es el cese. No hay sintaxis posible.

IV.
El sujeto, dice Barthes, se bambolea, se resiste a todo sistema reductor. Pero la foto es el instante, que muere. Buscar la grieta, el hilo, lo desgajado. Entrar y ver. Abro puertas, caen astillas.

V.
Cese de todo. Comienzo del movimiento. El cuerpo, otra puerta. O el umbral.

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