Cuaderno de Anya/ VII, VIII, IX
VII
Una cuadra y a la
siguiente, otra
la catedral es prolija
y da sombra sobre la plaza, justo a las seis
la casa más antigua es
un hotel
en frente, la
municipalidad
más allá, otra
catedral sin sombra
la vi cuando era más
chica
y la vuelvo a ver
ahora
Son cuadras caminadas,
pero no vuelvo
VIII
veo poco
o en imágenes cortadas
temo
el aire
que entra
el respirar sin pausa
el azhar
el desvío
un fin
hay cantidad de
perdones
y de diálogos
hay malhablados que no
salen
veo poco
o no veo
el suelo de hojas
el tirado en las hojas
las hojas
no sé qué debo ver
el programa de las
actividades de la tarde
quién se adelanta o se
atrasa
sólo ve
un riel
firme
inocuo
inexistencia de la
mesa
de las cosas sobre la
mesa
unas flores de mantel
o un teléfono
no hay más
a veces
que esta línea que
sobrepasa el nivel de toda tristeza
qué acción inerme
qué paseos o pasar
qué rebotes
sabe él
tú
vos nosotros
que esto es así
fórmulas graves
escritas en las
paredes
o en un papel
te veo mañana
para reconocer hojas
y a los tirados sobre
las hojas
IX
el sol traspasa la
cortina y la persiana
llega un haz hasta la
silla
se ve una línea de
mimbre que sobresale
es la hora de nadie,
de las cosas de hace
un rato
del plato levantado y
lavado
de lo comido y bebido
es hora del descanso o
de las tareas terminadas
traspasa el sol la
mesa
y los estantes se
hacen líquidos
El esmero por juntar
lo que era recto - los clavos esmerados -
queda en el piso, que
también se desparrama
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