AFUERA

X.
Estuve en el roce de las cosas.
La ola reincide en la roca
El agua diminuta pasa entre las piedras
esto se llama erosión.
En ese paso chico (fue un segundo) veo las sillitas enterradas en la arena
las ojotas a flote, el encrespado en el mar, en el pelo.


XI.
No existe la nube
Ni la espuma en la rompiente
Ni el parasol abierto
Ni las sombrillas

Pero, hay vaivenes en el mar
Sobre la isla, en el faro,
en el bosque, lejos

¿Cómo hago para ver
la nube
la espuma
el parasol
las sombrillas?

Imposible, bajo este sol,
avistarte

XII.
Sube la duna,
el torso enfrenta los vientos
(esos que vienen del mar)
la sien, medio roja
se raspa en la toalla
(nadie sacudió la arena)
La cresta esconde la isla un segundo y la deja ver
el faro no acompaña el tiempo y tajea el horizonte, pelado de barcos

XIII.
Viajo a la otra isla,
de agua verde en la costa y caminos de arena

Hacia arriba: cientos de triángulos de luz y celeste,
Hacia abajo: los senderos pisoteados de turistas
Heladeras tumultuosas, panes por tostar
Los parques compartimentados ofrecen parrillas;
hay troncos como bancos y glorietas esparcidas

Entre las doce y las tres el ROAR de las lanchas precede las pelotas rojas
y el hule destella sobre la superficie del agua
Ya no hay lugar para evitar el sol

XIV.
Los petates vuelven antes que sus dueños
Fin del enero: las playas hunden el siseo de las carpas
Como la lona y el ungüento, el cotilleo de sombrilla se guarda hasta la próxima temporada


 

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